Y que se chinguen los que nos ofendan... Amén.
Si uno cree a pie juntillas las palabras de las personas, físicas, morales y gubernamentales, que vas conociendo en tu largar por el mundo, de ese mundo tendrás una imágen totalmente distorsionada y no es que la gente necesariamente mienta sino que están ejerciendo uno de los deportes más populares del mundo mundial: La contradicción
Decir que no existe gente en la cual, lo que piensa, lo que dice y lo que hace están alineados en una recta perfecta, sería una mentira, si que los hay, tanto para lo bueno como para las maldades y es gente de admirar, pero la realidad monda y lironda es que la mayor parte acusamos en mayor o menor medida una buena cantidad de contradicciones en nuestro haber, que van desde las más simples hasta las aterradoras.
Decir que eres muy tolerante e incluyente pero te aterraría tener un hijo gay, decir que bebes poquito y a las primeras de cambio te pones un pedo de arranca zacate, una señora que habla de tener un mejor país pero no deja que su sirvienta estudie para que no se la "Echen a perder" , decir en el café que es necesario un cambio en este país pero no levantas la caca de tu perro, decir que quieres una relación sana y de buenas a primeras te enredas hasta los tuétanos con unos evidetemente y a primer golpe de vista Mister o Miss Wrong, decir que el cigarro es una mierda mientras haces donitas con el humo... En fín la madrugada se me haría interminable para contar tantas y tantas contradicciones cotidianas.
Por eso un observador acusioso de la naturaleza humana (Total novelista y vendedor que es uno) jamás se fía de las puras palabras de la gente que vas conociendo, aunque estas palabras suenen impecablemente sinceras, hay que tener un buen ojo y gran colmillo para saber, si verdaderamente dice lo que está pensando y sobre todo si verdaderamente hace lo que dice... Porque la gente contradictoria, son como los muertos y los zoquetes, ellos mismos no se dan cuenta que lo están y que lo son... Así es que es muy probable que estas líneas sean las de un hombre contradictorio, ahhh pero eso generalmente uno se entera cuando te casas o te divorcias.... Habrá que entrarle al ruedo para enterarse o para que de una vez me digan que al igual que un plátano, alinear lo que pienso, digo y hago, está en contra de mi propia naturaleza... jejeje
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