viernes, 17 de octubre de 2014







CARTA A LA MAS BELLA DE MIS AMANTES, MI ADORABLE PERVERTIDA… 
Relato Erótico de Viernes.

Ni te imaginas cuanta gente te rodea cuando crees estar solo con la mujer a la que amas. Te acompañan muchos hombres de los que no sabes nada, sus amantes pasados, y muchos de los que ni siquiera ella sabe nada, sus amantes futuros o esos amantes presentes de los que tampoco sabes nada y con los que ella comparte caricias… hoy tengo una nueva amante, joven, de piel suave y satinada, de risa fácil que acusa una deliciosa candidez en su alma y es una experiencia maravillosa y primigenia caminar a su lado, caminar tomado de su mano ayudándola a descubrir nuevos parajes por las veredas y vericuetos de su propio erotismo, me ama y mi alma colmilluda sabe a la perfección que soy el único hombre en su vida con el que conjuga el segundo verbo más antiguo de la humanidad… pero el ser humano es complejo y contradictorio por natura, a pesar de ser protagonista principal de una muy buena obra erótica con solo dos actores en escena, extraño profundamente a mi adorada pervertida, esa mujer de la que no se nada en este momento aunque se todo de ella y tanto se de ella que veo hombres sin nombre y rostro difuminado revoloteando a su lado, encima y por detrás y eso me duele… ¿Qué le vamos a hacer? El enamoramiento es ese dulce y estorboso sentimiento que no es más que una mezcla perversa de lujuria y celos… y en un afán de exorcizar esos celos le escribo esta carta a mi adorada pervertida, esa mi amante cometa, que llegó, aluzó con la intensidad cegadora del magnesio mi propio erotismo por unas semanas cortas pero increíblemente intensas y desapareció la negrura de la noche… Sin correo, sin página en Facebook, sin amigos en común, con un teléfono inútil que un día como cualquier otro murió sin previo aviso, sin una casa a donde tocar, sin una tumba a donde llorar… Nos conocimos en el lugar más inverosímil y durante varias semanas nos citamos en lugares aún más inverosímiles, aceptando las condiciones que ella me impuso: “Nada de preguntas personales, nada de celos y nada de reproches” y acto seguido y a guisa de exorcismo le mando esta carta sin nombre y destinatario, porque tengo la certeza que el nombre con el que me refería a ella no era el mismo que el que usa cotidianamente en una cotidianidad que es para mí un misterio… y que pudiera ser cualquiera, tal vez la de una elegante ama de casa en una zona residencial, una ejecutiva de alto nivel, la amante de algún político poderoso, una solitaria empedernida o una condenada a vivir en alguna cárcel de barrotes invisibles y cuyas cortas escapatorias las empleaba para tomar bocanadas de aire, libertad y vida con hombres de paso como yo…
                                                                                  Sin lugar en el mundo ni fecha en el calendario…
 

Pervertida de mi alma:
El sexo es una fuerza primaria y poderosa que comparte la misma realidad y naturaleza de la fuerza que hace girar al mundo y crecer a los árboles; como extraño esas platicas intensas e inteligentes, que surgían espontaneas entre dos virtuales extraños, después de coger con una intensidad pasmosa que era la madre de todas las intensidades, con la desnudez de nuestros cuerpos sudorosos y ahítos, pero sobre todo la desnudez de nuestras almas que solo se ejerce a cabalidad cuando se le hecen las confidencias más secretas a un extraño… “Negar la propia sexualidad es negar la vida, la fuerza más poderosa que existe, esa fuerza tan poderosa es imposible acotar” me decías muy inteligente y didáctica mientras colocabas mi mano en el centro de la Rosa de los Vientos, para que moviera mis dedos osunos con pericia, para darle otra vuelta al carrusel del placer y comenzar todo de nuevo, mientras apretabas los ojos y la mano suelta sobre las sábanas, mientras tus pezones se ponían alertas como preparándose para ser besados...mordisqueados con maestría y sentía la tibieza húmeda y deseosa de tu entrepierna, mientras tocaba el más hermoso de todos los instrumentos, para sacar la más hermosa de todas las melodías… El grito ahogado de real hembra arrobada por su propio placer…
Hombre y mujer cabales que fuimos y somos, respetamos a cabalidad el compromiso tácito que nació desde nuestro primer encuentro, “Nada de preguntas personales” “Nada de apellidos y nada de biografías para buscar coincidencias” Eramos un hombre y una mujer virtualmente anónimos el uno para la otra, estábamos ahí para ejercer el venéreo y darle de comer a ese tigre hambriento de nuestras naturalezas profundamente sexuales, que en tu vida cotidiana alcanzo adivinar no era bien alimentado… Alguna vez me puse a pensar que tal vez el hombre con el que compartes lo cotidiano, (ya que una mujer tan bella como tú y esa discreta línea de cesárea me hacen suponer que hay un hombre y una familia) al no poder alimentar a ese “tigre” te da permiso para que le des campo al desenfreno un rato, pero eso es algo como muchas, muchísimas cosas de ti que jamás llegaré a saber, a pesar que se cosas mucho más íntimas e importantes… Como tu frase con la que iniciamos la puesta en escena de esta historia tan nuestra y tan anónima que se perderá para siempre en el olvido…
Ahí parada en la puerta de la habitación, mientras mujer bellísima a sus esplendorosos cuarenta años te bajas la empapada tanga sin quitarte la falda y me dices con una voz segura viéndome directamente a los ojos con la misma fijeza que una tigra amazónica mira a su presa…

“Ahora lléname todos mis orificios, como solo tú lo sabes hacer querido”

Tac tactac tac tactac tac tac…. Y ahora pongámosle un velo de censura, porque vienen escenas tensas e intensas con saliva rinconera, palabrejas de burdel populachero que se dicen y ejercen con be labiodental o uve, nalgadas sonoras esas que dejan marca en el trasero y en el ánima... uñas de mujer haciendo zurcos profundos en mi espalda, así como para sembrar semillas de concupicencia... fuertes jalones consensuados de cabellos, risas, juegos de adultos con imaginación desbordada de esos que no requieren juguetes como si les hacen falta a los adultos carentes de erotismo e imaginación… Y no quiero llenarles el viernes con malos pensamientos…

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