DIALOGOS DE UN INSOMNE.
¿Y en que piensan los que no piensan? Se preguntaba muy intrigada la séptima musa, doña Juana Inés de la Cruz, yo no sé en que estén pensando los que no piensan pero seguramente en las madrugadas estarán haciéndole competencia a los lirones y roncando sabroso.
Los pensamientos se van de fiesta en la mente de los insomnes, le dan un codazo a la imaginación que despierta con unas pilas bravas y juntos montan un desmadre de guerra mientras el o la insomne se remueven en las sábanas como almeja con limón, mientras el insomne empieza el ritual de conjugar los verbos en ante pretérito del subujuntivo, así tal cual los conjugan los melancólicos, los pendejos y los que piensan demasiado: "Si yo hubiera"
La realidad buena, mala o regular, está ahí esperando y el insomne no puede hacer mucho a las horas en que solo los veladores y panaderos están despiertos... Es entonces que se pueden emplear remedios variopintos para espanantar el mal del ojo pelón, como tomar leche calientita, ver el Canal del Congreso, leer un libro o escribir babosadas en internet así que no tomando el insomnio en serio este va perdiendo el interés y se retira para dejarnos descansar.
Ahora no todo insomnio es malo, también hay insomnio del bueno, cuando se desvela uno sobre el cuerpo querido y deseado es ahí cuando el tiempo se estira y se encoje como un acordeón y se ama ese insomnio...
Pero como este insomnio no es de estos para tatuar en la memória y después de haberle dado cartel y testimonio parece que ya tiene ganas de dejarme en paz para poder darle llanura a mis ronquidos... ¿En que piensan los que no piensan? Querida Sor Juana, realmente no lo sé pero quisiera ser uno de ellos para que la imaginación, la más puta de la casa (y la más divertida), no se suelte de sus correas quitándole su lugar a un sueño plácido.
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